En el post de hoy os voy a hablar de la importancia de la fotoprotección tanto en niños como en adultos.
El tiempo soleado incita a salir de la casa, a ir a los parques, terrazas, jardines, piscinas, a irnos de escapada a la playa o la montaña. Nos apetece ponernos morenitos, dejar el tono pálido y apagado de nuestra piel después del invierno. Podemos exponernos tranquilamente al sol y disfrutar de este tiempo si tomamos unas medidas protectoras y preventivas adecuadas, evitando así quemaduras, envejecimiento prematuro de la piel, insolaciones, afecciones oculares, manchas y cáncer de piel.
El sol emite varios tipos de radiaciones entre las que destacan las ultravioleta y las infrarrojas. Cuanto más larga es la longitud de onda de las radiaciones, más profunda es su penetración en la piel.
Existen 2 tipos de radiaciones ultravioleta que llegan a la epidermis, alterando el ADN celular, generando dímeros de timina, favoreciendo la aparición de lesiones precancerosas. Aunque las células tienen capacidad de regeneración, la exposición contínua sin fotoprotección no deja tiempo para que se recupere el ADN. Las B (UVB) no penetran en profundidad en la piel, llegan a la epidermis y parte de la dermis, aunque son las que tienen más energía, responsables del enrojecimiento y bronceado gradual, también de quemaduras solares y lesiones precancerosas. Las A (UVA) penetran en más profundidad en la piel, llegan a la dermis, provocando la inmediata pigmentación pero también responsables de las alergias al sol, reacciones fototóxicas, lesiones precancerosas, fotoenveecimiento y manchas.
La radiación infrarroja A llega hasta la hipodermis, provocando la liberación de radicales libres, acelerande el fotoenvejecimiento cutáneo alterando las fibras de colágeno.
A continuación, comentamos las MEDIDAS ADECUADAS a tomar para evitar los efectos nocivos del sol sobre nuestro organismo:
– Evitar la exposición al sol entre las 12,00h y las 16,00h, que es cuando el
sol es más agresivo.
– Utilizar sombrero, gafas de sol y camisa ó camisetas de manga larga y ceñidas.
– Aplicar un protector solar media hora antes de la exposición al sol, y
repetir su aplicación generosamente tras 2 horas, al salir del agua o
después de sudar mucho.
– Aplicar protector solar en días nublados y en la montaña, pues a
altitudes elevadas el sol es más agresivo así como en zonas cercanas
al ecuador. Así como en la nieve, arena, agua y demás superficies
que reflejan más de la mitad de los rayos.
– Utilizar bálsamos labiales con factor de protección.
– Las personas con más riesgo de sufrir cáncer de piel (trabajan al aire libre,
piel clara y sensible o que ya lo hayan padecido), deben aplicarse
protector todos los días.
– No exponer al sol a niños menores de un año, aplicarles protector solar,
ponerles gorro, gafas, camisetas y pantalones largos para evitar futuros
daños irreversibles en su piel pues una quemadura en ellos es un factor de
riesgo muy importante para sufrir cáncer de piel en la edad adulta. Los
niños son un grupo de riesgo.
– Si se están tomando medicamentos con efectos secundarios de
fotosensibilidad, evitar la exposición al sol.
– Beber agua, llevar siempre alguna bebida no alcohólica encima.
Los FOTOPROTECTORES contienen filtros químicos y físicos que absorven o reflejan las radiaciones solares, para evitar que penetren en exceso en la piel.
El Factor de Protección Solar (FPS) ó Índice de Protección (IP) indica el número de veces que el fotoprotector aumenta la capacidad de defensa de la piel frente al enrojecimiento previo a la quemadura, por lo que nos indica la protección a rayos UVB.
Otra propiedad que pueden presentar los fotoprotectores y muy relacionada con su eficacia es su resistencia al agua. El término «water resistant» indica que el fotoprotector no ha perdido su eficacia después de 40 minutos dentro del agua y el término «waterproof» indica que no ha perdido su eficacia después de 80 minutos dentro del agua. No obstante, aunque el fotoprotector sea resistente al agua, se recomienda aplicarlo cada 20-25 minutos.
Según su Factor de Protección solar, se dividen en categorías:
Para elegir el fotoprotector adecuado hay que tener en cuenta:
– Fototipo de piel: viene determinado por la pigmentación de la piel, los ojos,
el cabello y la capacidad de adquirir el bronceado. De él depende la
fotosensibilidad.
– Zona de la piel: cara, cuerpo, zonas sensibles…
– Tipo de población: Niños, adultos.
– Tipo de piel.
Los NUTRICOSMÉTICOS SOLARES son
complementos alimenticios que nos protegen la piel desde dentro,
actuando en las capas más profundas de la dermis, donde los
fotoprotectores no pueden llegar. Suelen llevar en su composición
carotenos que, por un lado, estimulan la síntesis de melanina,
constituyendo una barrera para las radiaciones y ayudando a obtener el
bronceado deseado en menos tiempo, menos exposición al sol y menos
riesgos, y por otro lado, como antioxidantes que son, contribuyen a
protegernos de la radiación solar y los radicales libres, evitando así
el fotoenvejecimiento de la piel. Los carotenos están presentes en
vegetales y frutos ricos en pigmentación, como los tomates, las
zanahorias, los cítricos… y cuanto más maduros, más carotenoides
contienen. Nuestro cuerpo no los puede sintetizar, de modo necesitamos
un aporte exógeno para poder obtener dicha protección solar. También
incluyen en su composición estos nutricosméticos vitamina E, aceites
grasos de origen vegetal y probióticos para reforzar la acción
antioxidante y defensora de la piel.
En la farmacia se puede elegir entre varios Fotoprotectores y Nutricosméticos de gran calidad:
Avène Fotoprotectores |
Avène Solares |
Anthelios Roche-Posay |
Babé solares |
Be+ Fluidos |
Be+ contorno ojos SPF30 |
Be+ Maquillaje SPF50+ |
Eucerin solares |
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Les Polysianes |
Ladival solares |
Fotoprotectores Isdin |
Protextrem Ferrer |
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Roc Solares |
Teresa Gil Alegre. Farmacéutica Adjunta.
Muchas gracias wapa por la información me ha parecido muy interesante.