Hoy en día se habla mucho de los probióticos, tanto en la consulta médica y en la farmacia como en medios públicos. Se recomienda tomarlos para reforzar las defensas, para repoblar la flora intestinal, para facilitar las digestiones o regular el tránsito intestinal.
El SISTEMA GASTROINTESTINAL tiene 2 funciones:
1) Nutricional, pues en él se digieren y se absorben los nutrientes.
2) Defensa, ya que desarrolla sistemas de protección y defensa frente agentes externos que reconoce. Ambas funciones dependen de la estructura del tubo digestivo y de la microbiota ó microflora del intestino.
La MICROBIOTA INTESTINAL es la colectividad de comunidades microbianas vivas (principalmente bacterias) reunidas en el intestino, y puede ser considerada como un órgano más, perfectamente integrado en la fisiología del individuo. Este ecosistema microbiano comprende especies nativas que viven de forma permanente en el tracto intestinal y que se adquieren al nacer y durante el primer año de vida, y de microorganismos vivos que transitan temporalmente por el tubo digestivo y que provienen del exterior. A los 2 años de edad, la microbiota es ya prácticamente definitiva y en el individuo adulto suele permanecer estable. El tubo digestivo y la microbiota son interdependientes y de su equilibrio depende el buen estado de salud de la persona.
La microbiota tiene 3 funciones:
1) Nutritiva y metabólica, mediante la fermentación intestinal se obtienen energía y sustratos para la persona y para el crecimiento de la flora, se sintetizan aminoácidos y vitaminas (K, B12, B6,ácido fólico y pantoténico) y se facilita la absorción de hierro, calcio, y magnesio.
2) Protección inmunitaria, ejerciendo un efecto barrera sintetizando bacteriocinas (sustancias antimicrobianas) y creando un entorno hostil modificando el pH, evitando así el crecimiento de bacterias patógenas.
3) Trófica, interviniendo en el desarrollo y maduración del sistema inmune.
La alteración o desequilibrio de la microflora, DISBIOSIS, puede ser provocada por varios factores como los antibióticos, estrés, dietas pobres en fibra y ricas en proteínas y grasas, cambios alimenticios, envejecimiento de la persona.
El reequilibrio de la microbiota alterada se consigue aportando probióticos, prebióticos ó simbióticos.
Los PROBIÓTICOS son microorganismos vivos, iguales a los que forman parte de la microbiota intestinal que, ingeridos en las cantidades adecuadas a través de la dieta, producen efectos beneficiosos en la salud de las personas que lo consumen. (FAO/OMS/2006).
Los PREBIÓTICOS son sustancias alimentarias no digeribles que benefician al organismo estimulando el crecimiento o actividad de las bacterias del colon y, por tanto, contribuyen a la salud. (Gibson y Roberfroid 1995).
Los SIMBIÓTICOS son combinaciones apropiadas de pre- y probióticos. Estos últimos son muy adecuados para regular el tránsito intestinal y aliviar el estreñimiento.
Las principales características de los probióticos son:
– Sobreviven en el tracto gastrointestinal, resistiendo al ácido gástrico.
– Son de origen humano.
– Estan especificados por género y tronco.
– Producen efectos beneficiosos.
– Proliferan el intestino.
– Son tolerados a nivel inmunológico.
– No son tóxicos, ni alergénicos, ni carcinógenos, ni patógenos.
– Son estables genéticamente.
Los mecanismos por los que ejercen sus efectos beneficiosos son:
1) Interacción con la microbiota, equilibrándola, aumentando la concentración de bacterias beneficiosas y evitando los efectos de patógenos sobre las mucosas.
2) Interacción con la células epiteliales intestinales, mejorando el funcionamiento del epitelio intestinal modificando la capa de moco y la permeabilidad epitelial, restituyéndolos si han sufrido daño por diarreas y bacterias patógenas.
3) Interacción con las células del tejido linfoide asociado a mucosas (GALT), que constituye la parte más extensa del sistema inmunitario (defensas).
Los efectos positivos de los probióticos dependen de:
La cepa administrada, la dosis(depende de la cepa y de la presentación), forma de administración, características del huésped y de la presencia de coadyuvantes sinérgicos (prebióticos y micronutrientes como vitaminas).
¿En qué casos son recomendados los probióticos?
– En TRANSTORNOS GASTROINTESTINALES tales como estreñimiento funcional,
diarrea aguda infecciosa, diarrea asociada a tratamiento con antibióticos,
enfermedades inflamatorias del intestino, síndrome del intestino irritable,
flatulencias, malaabsorción de la lactosa y enterocolitis necrotizante.
– En alteraciones de la FLORA VAGINAL. Previenen las infecciones bacterianas, víricas y
fúngicas.
– En alteraciones del SISTEMA INMUNITARIO.
– En la toma de ANTIBIÓTICOS. La mayoría de los antibióticos no sólo matan las
bacterias patógenas, sino también las bacterias de la flora intestinal y vaginal. De
este modo, se rompe la barrera de defensa que forman estas floras y pueden surgir
otras infecciones bacterianas, víricas o fúngicas. Esta es la razón por la cual, cuando
las mujeres toman antibióticos, es frecuente que sufran infección fúngica vaginal. Si
tomasen probióticos junto al antibiótico, reforzarían las defensas y lo evitarían.
– También hay estudios que apoyan el uso de probióticos para mejorar el eccema
atópico y la artritis reumatoide.
Al ser microorganismos presentes en la microflora, se consideran seguros y no presentan efectos secundarios. No obstante, no se recomienda en pacientes convalecientes de cirujía cardíaca, pacientes con disfunción pancreática y/o con diarrea sanguinolenta. En inmunodeprimidos se restringe el uso a determinadas cepas con indicaciones y estudios demostrados para evitar una infección sistémica, una excesiva estimulación inmunitaria y diarrea osmótica.
En las farmacias podéis encontrarlos en varias presentaciones: viales, sobres, gotas, cápsulas, comprimidos…
Foto cortesía de Arko |
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Foto cortesía de Aquilea |
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Foto cortesía de Cinfa |
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Foto cortesía de Bio Gaia |
Foto cortesía de Ferring |
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¿Qué diferencia hay entre un probiótico y un yogur?
El yogur es obtenido mediante la fermentación de la leche por dos bacterias, el Lactobacillus bulgaricus y el Streptococcus thermophilus. Está demostrada la acción del yogur como alimento funcional. En cambio, los probióticos de venta en farmacias son complementos alimenticios con una o varias cepas determinadas con una administración dosificada de las mismas con efecto terapéutico para una indicación y evidencia científica demostrada. El Actimel (marca reg.) lleva además de las cepas del yogur, el Lactobacillus casei DN-114001.
Teresa Gil Alegre. Farmacéutica Adjunta.